Tenía la creencia de que si deseaba algo con todas mis fuerzas, después me tenía que armar de voluntad para lograr hacerlo realidad, sin acción no hay resultado, pero lo que escuché en una conferencia es que la voluntad es anterior al deseo, es decir, que cuando nosotros deseamos algo profundamente, es porque ya nos hemos comprometido íntimamente con nosotros mismos a hacer todo lo necesario para conseguirlo… Y eso mola saberlo, la verdad, porque muchas veces tenemos miedo a no tener el compromiso suficiente con eso que nosotros hemos dicho que queremos hacer o conseguir. Sabiendo esto, cuando nos surja un deseo intenso, debemos confiar en que la maquinaria ya está en marcha para hacerlo realidad porque, por lo menos, nuestra voluntad ya viene implícita, lo que está de nuestra parte lo haremos sin lugar a dudas. Que se consiga o no, ya depende de otros factores que muchas veces se escapan de nuestro control, pero la voluntad nunca nos fallará…
