miércoles, 18 de octubre de 2017

Toca parar

¡Dios! ¡Qué intenso ha sido todo! La primera vez que me pasa, ¿o no? ¿No querías cosas nuevas? Pues toma... Después de doce días fuera de casa, he vuelto a lo cotidiano. ¿Qué ha sido real? ¿Qué ha sido un sueño? Me siento distinto, más crecido, pero con el espíritu de un niño al que no le importa gritar lo que ha vivido y experimentado. Ahora toca parar, recogerme en el silencio, pues los cimientos se movieron y necesito escucharme para actuar en coherencia y libertad. Por eso solo le pido a la vida una cosa: «Aleja todo lo falso de mí y conéctame con aquello que me ayude a recordar mi verdadera naturaleza». Eso siempre, que en mi vida permanezca lo que tenga que estar para aprender y evolucionar y no lo que a mí me gustaría que estuviera. Confío…


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